La responsabilidad es el cumplimiento de las obligaciones, o el cuidado al tomar decisiones o realizar algo. La responsabilidad se considera una cualidad y un valor del ser humano.
Se trata de una característica positiva de las personas que son capaces de comprometerse y actuar de forma correcta. En muchos casos, la responsabilidad viene dada por un cargo, un rol o una circunstancia, como un puesto de trabajo o la paternidad.
En una sociedad, se espera que las personas actúen de forma responsable, ejerciendo sus derechos y desempeñando sus obligaciones como ciudadanos.
En muchos casos, la responsabilidad obedece a cuestiones éticas y morales, con la responsabilidad las personas aprenden a comportarse de manera que puedan confiar en él, ya que ésta garantiza el cumplimiento de los compromisos adquiridos y genera confianza y tranquilidad entre las personas.
El ser responsable reflexiona seriamente antes de tomar cualquier decisión, pensando en los resultados y efectos que pueda afectar la propia vida o la de otros; es capaz de sentir lo que otros sienten y entender las necesidades de los demás, reconoce los errores cometidos y se muestra dispuesto a repararlos.
Cada acción en la vida cotidiana tiene una consecuencia, por lo que a la hora de tomar decisiones importantes se debe tener en cuenta la voluntad y moral, siendo estos dos factores quienes apuntan a que cada uno de estos hechos busquen un Bienestar tanto para otros como para uno mismo.
Este es uno de los valores más importantes, ya que la responsabilidad implica un llamado a la acción premeditada y competente. Ser responsable de tu vida, de una manera indirecta, impacta sobre todo lo que te rodea y la vida de quienes están cerca de ti.
Hay que tomar en cuenta que los seres humanos son sociales por naturaleza, y su desarrollo en grupo depende de la armonía de su coexistencia.
En consecuencia, por más pequeñas que sean tus acciones, tanto en mayor o menor medida, tienen impacto en tus alrededores.
Por esta razón es tan importante ser un individuo responsable y competente, porque si llevas un estilo de vida contraproductivo y dañino (ambas consecuencias de la irresponsabilidad) esos mismos elementos se lo “contagiarás” a todo lo que esté a tu alrededor.
Ya sea una casa sucia y descuidada, o una pareja triste e infeliz, el hábito de la irresponsabilidad sólo se expande.
Por ello, como seres humanos capaces de cambiar y expandir un potencial, es importante ser responsables tomando control y autoría sobre los aspectos de la vida que podemos controlar.
De una manera muy justa e indirecta, somos totalmente responsables de la forma en que encontramos nuestras circunstancias.