La palabra equidad proviene del latín «equitas». Como tal, la equidad se caracteriza por el uso de la imparcialidad para reconocer el derecho de cada uno, utilizando la equivalencia para ser iguales. Por otro lado, la equidad adapta la regla para un caso concreto con el fin de hacerlo más justo.
La equidad intenta promover la igualdad, más allá de las diferencias en el sexo, la cultura o el estatus financiero, es por ello que suele ser relacionado con la justicia social, ya que defiende las mismas condiciones y oportunidades para todas las personas sin distinción.
Con ello se busca implementar justicia e igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, respetando las características particulares para darle a cada uno lo que le corresponde o merece. Con ello no se pretende eliminar las diferencias existentes, sino de valorarlas y ofrecer un trato equivalente para superar las desigualdades existentes en la sociedad.
La equidad lucha contra la pobreza, la discriminación, el racismo, la xenofobia, la homofobia, entre otras cuestiones que fomenten la distancia entre los individuos.
La equidad u igualdad, es un valor que no muchos presentan en su vida. El egoísmo y la intolerancia han abarcado un terreno amplio, cuando se trata de darle realce a este gran valor, pero la lucha constante que hoy día se sigue librando para hacer de este valor algo tangible en todos los aspectos diarios de la vida, es grande.
La equidad ha existido desde siempre, estuvo presente ahí, cuando se reconoce y acepta, que la igualdad va más allá de un tono de piel, el sexo o hasta de una clase social.
Es la lucha entre lo justo y lo injusto. Es la forma de hacer ver que todos somos iguales, que sin importar si una persona que presenta un color o sexo diferente a lo establecido por esa crianza egoísta he injusta, logra esa meta de ir más allá de lo impuesto por esos estándares sociales.
No todos presentan un gusto o creencia igualitaria, pero la equidad está ligada con la tolerancia y aceptación de que aun cuando se es diferente, la convivencia no debe ser una lucha entre las partes, sino permitir un crecimiento para ellas.
Ejemplo de Equidad
Si un hombre y una mujer se desempeñan en cargos ejecutivos dentro de una empresa, con idénticas responsabilidad y horas de trabajo, ambos tendrán que ganar el mismo sueldo para que exista la equidad de género.