La cortesía como un valor significa tratar a las personas que nos rodean de buena manera, de forma educada y con respeto.
La cortesía, nos da la posibilidad de labrar un buen camino para el éxito, contando con aquellos que están a nuestro alrededor para que nos brinden la ayuda que requerimos. Debemos tratar con respeto a las personas, así podemos hablar con mayor claridad y también nos respetarán.
La cortesía juega un papel fundamental para una convivencia armónica entre hombres y mujeres. Mediante la cortesía se pueden evitar muchos problemas, el simple hecho de dar los buenos días al subir al bus, ayudar a una persona a cruzar la calle, y o bien el no caer en la provocación de alguna persona agresiva, ayuda en mucho para crecer como personas.
Lo mejor para fomentar la cortesía es el ejemplo, pedir disculpas, dar las gracias, decir por favor o ser amable en todo momento contribuye a brindar la imagen que tanto necesitan las nuevas generaciones.
Una señal de cortesía es la de ofrecer un buen respeto al otro, los modales son una base para una buena cortesía, la forma en que se expresa, o se le habla a otro es una forma de ser cortes. La enseñanza del valor de la cortesía es desde pequeños, el enseñar a dar las gracias, a pedir las cosas por favor, a ser respetuosos con los mayores.
El ser cortes se ha perdido mucho en la actualidad, lamentablemente muchas personas no entienden que ser cortes abre puertas que la descortesía cierra, el ser agradable por gusto, por entender que al tratar de esa manera se recibe un mismo trato es lo que da pie a ser cortes.
No es ser un pánfilo, no es ser una persona que solo busca la aceptación de otros, o está dicho coloquial mente como un perro faldero, el respeto, las buenas formas de expresión los valores que se integran con este otro valor son necesarios para la vida diaria.
Un mundo donde se pierda la cortesía por completo, será un mundo donde prevalezca la intolerancia, la violencia y hasta se va perdiendo la comunicación entre las partes de manera fluida y correcta.
Ejemplo de cortesía
Abrirle la puerta a un anciano en el centro comercial cuando éste va a entrar.