El autoestima es la suma de la confianza y el respeto por uno mismo, significa que la persona es consciente de sus fortalezas y capacidades, y reconoce sus debilidades y defectos.
La autoestima está relacionada con la autoimagen, que es el concepto que se tiene de uno propio, y con la autoaceptación, que se trata del reconocimiento propio de las cualidades y los defectos.
La forma en que una persona se valora está influida en muchas ocasiones por agentes externos y puede cambiar a lo largo del tiempo.
Tu autoestima puede estar alta, baja o en ceros, dependiendo de los valores que has albergado en tu interior, y de la manera en que te sientes y te ves a ti mismo, por causa de estos valores.
Justamente por esto, la autoestima no está sujeta a tu decisión de adoptarla en tu vida, ni está sujeta a que te autoengañes creyendo que te amas, cuando subconscientemente llenas tu vida con pensamientos negativos.
Ocúpate de tu vida, de tu interior y de la relación que estás fortaleciendo cada día contigo mismo… Para ello, empieza a descubrir los valores personales que tienes en tu interior, y aumenta la cantidad de ellos adquiriendo unos nuevos.
Sin embargo, al momento de trabajar con la autoestima, aceptarte a ti mismo no significa “dejar que simplemente seas como eres”.
Todos tenemos malos hábitos, y en el fondo hay malas costumbres que es mejor manejar. ¿Por qué asumir que darte amor es simplemente dejarte ser esas malas partes?
Una buena autoestima es tratarte como una persona que inmensamente te importa, y así como le aconsejas a tu pareja que tome las mejores decisiones, debes seleccionar que partes de ti necesitan arreglo y trabajarlas de manera que puedas ser tu mejor versión.
Sin embargo, ocuparte de las facetas que necesitan arreglo no significa no aceptarte. A pesar de los defectos que todos tenemos, la mejor versión es la que existe en el presente, ya que es aquella capaz de tomar decisiones.
Amarte sin importar tus defectos es esencia de la autoaceptación, pero la corrección de tus faltas es la manifestación máxima del cuidado propio y de la autoestima.
También, tener una buena autoestima es ser muy cuidadoso con las historias que te cuentas. A fin de cuentas, eres el único autor de ti mismo, y sólo tú eres capaz de definir lo que eres y cómo tu puedes vivir feliz.
Ejemplo de autoestima
La capacidad de amarse a sí mismo.