Para tener una mejor comprensión del significado de los antivalores, es necesario entender antes lo que es un valor.
Se conoce como valor aquellos principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como personas, los valores involucran nuestras emociones, sentimientos y son tan significativos debido a que son la base fundamental para poder relacionarnos con los demás y convivir en armonía dentro de la sociedad.
Estos valores deben ser inculcados desde temprana edad en el hogar para luego ser reforzados dentro de los sistemas educativos, ambos deben trabajar de la mano.
Cuando se habla de anti-valores también conocidos como valores inmorales, se hace referencia a todo lo contrario a los valores, es decir, aquellas prácticas negativas o actitudes dañinas que realiza un individuo hacia sí mismo o las personas que los rodean. Una persona inmoral no le da ningún tipo importancia a los valores y mucho menos los practica.
Como anti-valores o valores inmorales podemos destacar
La deshonestidad:
Se conoce como la falta de honestidad en los actos o palabras. Un ejemplo de deshonestidad podría ser cometer fraudes, robar dinero u alguna pertenencia de otra persona o mentir para nuestra conveniencia.
Discriminación:
Es la falta de entendimiento hacia las otras personas llevando consigo la exclusión de la misma en la comunidad debido a diferentes razones, estas pueden ser características físicas, orientación sexual, color de piel, religión, entre otros. Un ejemplo de discriminación sería el no aceptar a las personas debido a sus ideologías, llegándolas a agredir verbalmente y quizás hasta físicamente por el simple hecho de no compartir nuestros mismos ideales, una manera de contrarrestar este anti-valor es practicar la tolerancia y el respeto.
Egoísmo:
Corresponde al amor excesivo de una persona hacia sí mismo. Haciendo solo las cosas que le interesan sin pensar en los demás. Un ejemplo muy común seria en una conversación entre amigos, donde la persona egoísta, de una forma agresiva, antepone sus opiniones, interrumpe y no deja a los demás dar su opinión ni continuar con la conversación. Dando a entender que su opinión vale más que cualquier otra cosa.
El odio:
Lo contrario al amor, una persona llena de odio mantiene una actitud negativa y violenta ante todo y todos sin ninguna razón aparente.
Injusticia:
Se refiere a la falta de respeto hacia las normas jurídicas o morales y que no son debidamente penadas.
Soberbia:
Se define como ese sentimiento de superioridad frente a los demás, una persona soberbia se cree poseedora de mejores cualidades que los demás a los que en consecuencia menosprecia. Un ejemplo muy cotidiano de este antivalor sería el menospreciar a una persona por poseer pocos recursos o pertenecer a una clase social inferior.
Estos son solo algunos de los muchos anti-valores que existen, pero se considera a estos como los más importantes.
Algo que genera una gran duda o que parece ser una gran incógnita para todos, es conocer en qué momento de nuestras vidas comenzamos a perder nuestros valores o a practicar los anti-valores. La familia es indudablemente la principal institución de la sociedad, ya que es en el hogar donde comenzamos a desarrollarnos desde los primeros años de nuestra vida. Y es aquí donde nos formamos como personas, nuestros actos a lo largo de los años definen como fuimos educados, una mala educación en el hogar trae consecuencias tanto para el individuo como para la sociedad.
Es en el núcleo familiar donde pasamos a ser espectadores de las distintas conductas y de las diversas situaciones que si no son llevadas a cabo con los valores adecuados pueden dejar daños psicológicos en el infante u adolescente, teniendo como consecuencia que este pueda comenzar a adoptar dicha conducta, convirtiéndose en una persona irrespetuosa o agresiva física y verbalmente. Por eso es importante recalcar que la educación que reciba una persona en el hogar es vital para su desarrollo ético y moral.
Otro caso donde las personas suelen estar expuestos a los anti-valores son en los medios de comunicación, estos juegan un papel fundamentan en el desarrollo ético y moral, muchas veces no nos percatamos de la gran influencia que tienen los medios en nuestra vida, la influencia es tanta que la mayoría de las veces no notamos cuándo empezamos a actuar o pensar de una forma diferente a la cual se nos fue educado, queriendo imitar actos que nos muestran en las programaciones en donde predomina la agresión física, verbal, delitos como el robo, secuestro y extorsión.
Otro punto importante que se debe mencionar es que los anti-valores no solamente afectan a la sociedad, sino que también dañan el medio ambiente, es decir a la naturaleza. Ya que debido a nuestras ambiciones no vemos el daño que le ocasionamos a nuestra flora y fauna, factores que son sumamente importantes para que se desarrolle la vida en el planeta. Debemos inculcar a los niños, jóvenes y adultos, valores para el buen cuidado de nuestro planeta, de no ser el caso las consecuencias podrían generar grandes cambios climáticos, debido al irrespeto e irresponsabilidad de muchas personas al tirar basura en las calles y los lagos, tala de árboles, entre otros.
En conclusión, los anti-valores tienen un gran impacto negativo en las personas. Creando sociedades llenas de odio, envidia, resentimiento e irrespeto. Es aquí donde la educación ética y moral juega un papel importante, como se mencionó anteriormente, se deben inculcar los valores desde temprana edad y reforzarlos día a día para que permanezcan y pasen a las futuras generaciones. Y nuevamente tener en cuenta que los anti-valores, no solamente afectan a la sociedad, sino que también tienen consecuencias para el medio ambiente.
Una manera de contrarrestar o combatir estos anti-valores es la aceptación y disposición de querer cambiar, es importante auto-evaluarnos para saber qué valores estamos aplicando en nuestra vida y a qué escala, con el fin de realizarnos como mejores seres humanos para el desarrollo de nuestra sociedad. De los valores depende que llevemos una vida armoniosa, grata, alegre con nosotros mismo y con los demás.