Los valores materiales son el conjunto de virtudes que permiten que el ser humano pueda mantenerse o sobrevivir.
Muchos de ellos van de la mano con las necesidades básicas de los seres humanos, tales como ropa, agua, alimento, que son de vital importancia para que el ser humano pueda subsistir. Las necesidades básicas de vestirnos, alimentarnos o beber agua, implican el cuidado y protección de nuestro cuerpo.
La importancia de los valores materiales va a estar estrechamente relacionada con el nivel de necesidad de cada ser humano. Algunos valores materiales también puede relacionarse con los valores humanos.
Ahora bien, cuando caemos en el materialismo, entramos en conflicto con los valores religiosos y podemos caer en el antivalor de la avaricia cuando le damos más importancia de la necesaria a los bienes materiales.
El materialismo es aquella forma de pensar que tienen algunas personas de que lo material va primero que lo espiritual o que las relaciones con su familia, amigos, pareja, entre otros.
Para la persona materialista el cubrir sus necesidades o incluso tener un poco más de lo que necesita no es suficiente. El materialista siempre se encuentra en constante búsqueda de más, más dinero, más propiedades, más autos, entre otros.
Una persona materialista no mide la consecuencia de sus actos con tal de conseguir lo que quiere.
Por ejemplo, muchos padres dejan de lado la relación con sus hijos por ganar más dinero y buscan compensar el amor con bienes materiales.
Mientras que otros no piensan en los daños que pueden ocasionar al medio ambiente, muchas personas de negocio tienden a destruir la fauna y flora con tal de tener más terreno para construir sus empresas, entre otros.
Los bienes materiales pueden tener valor sentimental, valor económico o valor de utilidad.
Cuando un bien u objeto tiene valor sentimental, se refiere a los sentimientos que este provoca en nosotros, estos pueden ser por su origen u otros aspectos que les aportan valor.
Por ejemplo, un regalo de una persona cercana a nosotros, tendrá valor sentimental de acuerdo a su origen, cuando vemos dicho objeto o lo recordemos, pensaremos en cómo lo obtuvimos y esto puede darnos una sensación placentera.
Por otro lado, cuando nos graduamos de alguna institución estudiantil, el título académico tendrá valor sentimental debido a todos los años y esfuerzos que dedicamos para llegar a ese momento.
Si nos referimos al valor económico, hablamos de la cantidad monetaria que costó adquirir el bien material. Por ejemplo podemos mencionar la compra de nuestro primer auto o teléfono, si fueron comprados con nuestro propio dinero, sabemos los mucho que nos costó no solo monetariamente sino también laboralmente, adquirir dicho auto o teléfono.
Pero también podemos aplicar el valor económico a algún regalo, algo que hayamos recibido de forma gratuita pero que conozcamos su valor en precio, siguiendo con el ejemplo de un auto o teléfono, si nuestros padres, algún familiar, amigo o pareja nos regala una de estas cosas, tenemos una idea de lo mucho que esto les pudo haber costado, por lo que apreciamos mucho más el gesto.
Quizás a las cosas que nos hayan regalado no le demos un valor e importancia mayor a las que hemos adquirido por cuenta propia, pero sin duda el valor sentimental queda para siempre.
Por último, cuando hablamos del valor de utilidad de un bien, hacemos referencia a la razón por la que hemos adquirido dicho objeto.
Por ejemplo, adquirimos utensilios de cocina porque estos son útiles para nosotros y además cubren una necesidad básica que es el cocinar los alimentos que comeremos.
Aquí podemos mezclar también el valor económico y sentimental. Si adquirimos una cocina con nuestro primer sueldo, siempre la veremos también con los otros valores antes mencionados, aparte del valor utilidad.
Es vital para el ser humano tener en cuenta los valores materiales en su vida hasta cierto punto. Es sumamente cierto que cada vez más la sociedad va reemplazando y restándole importancia a los valores morales, éticos, entre otros, por los valores materiales.
Si bien el ser humano no puede vivir sin los valores materiales, lo ideal es que exista una armonía entre todos los valores. Todos los valores pueden verse de forma positiva como negativa, esto depende de la manera de actuar y pensar del ser humano, los valores materiales no escapan de esta realidad.
Aparte del materialismo, muchas personas también el problema de la acumulación de cosas materiales, estas personas son conocidas como “acumuladores” o “acumuladores compulsivos”.
Son esas personas para las cuales deshacerse de un bien u objeto es una idea prácticamente imposible, no importa la manera en la que se deshagan de ellas, si las pierden o si les piden que las donen o las boten, para estas personas esto es una lucha interna, tanto que la más mínima sugerencia al respecto los hace caer en antivalores como la violencia física o verbal.
Pero lo mencionado anteriormente es una condición que requiere de ayuda profesional y que muchas veces no lo hacen por maldad sino porque no pueden evitarlo, en ocasiones lo hacen porque el apego sentimental que tienen hacia lo material es muy grande, a veces porque tergiversan el valor de utilidad que tiene dicho objeto, piensan que lo necesitan para algo útil cuando realmente no es así. Sin embargo, existen personas que la razón por la que se aferran a los bienes materiales no es más que por puro egoísmo.
Existen aquellos que dejan los valores humanos tan de lado, que por concentrarse en los lujos de los bienes materiales llegan a irrumpir la ley, obteniendo como consecuencia años de cárcel o incluso muchos se meten en tantos problemas que estos terminan llevándolos a la muerte.
Son situaciones que los dañan a ellos mismos o incluso a los demás. Un ejemplo de esto pueden ser los traficantes de drogas, muchos eligen esa salida fácil para conseguir dinero pero no se dan cuenta del daño que se hacen a ellos mismos y a las personas que los rodean con esto.